En México es común hablar de los enormes recursos naturales que posee. En estos días se habló tambien de los recursos humanos y de como somos de las naciones que mas horas dedican a trabajar. Sin embargo, seguimos sin convertirnos en una nación fuerte. Razones hay muchas: los problemas arrastrados con paises extranjeros (España, Francia, EUA...), los deficientes sistemas políticos y educativos, inequitativa distribución de la riqueza, etc. Muchos son problemas por los que no podemos hacer nada (no podemos evitar que España nos haya conquistado) o podemos hacer mas bien poco(no podemos evitar que Slim quiera seguir haciendose más rico o los EUA quieran ser más poderosos). Pero hay otros en los que si podemos trabajar mucho y que nos permitirán convertirnos en una nación más fuerte que incluso pueda llegar a resolver los problemas por los que hoy podemos hacer poco. Uno de esos problemas es el de la improvisación, cosa que por si misma no es negativa, pero que en México se a sobreutilizado a un nivel que se podria considerar como enfermizo.
La improvisación en México ha alcanzado incluso el nivel de culto y como todo culto tiene su nombre: las "mexicanadas".
Ciertamente el ingenio, la capacidad de resolver un problema emergente, de desarrollarse adecuadamente en un entorno inesperado es una cualidad muy útil, así como tambien puede ayudar a descubrir cosas nuevas, atractivas y útiles, pero no se debe buscar hacer todo de esa manera.
Pensemos en una tienda de campaña. En situaciones de desastre es común que miles de personas abandonden sus hogares, de muros y techos solidos, ventanas, drenajes y mobiliario, para vivir en casas improvisadas: tiendas de lona, con letrinas, cocinas y dormitorios comunes.
Estas tiendas de campaña representan una solución a la emergencia, pero que no pueden considerarse como espacios para vivienda permanente. Así, la improvisación es una herramienta que puede llegar a salvar vidas, pero que no debe ser el caballo de batalla para todo lo que se emprenda. Claro, existen muchas personas que realizan excursiones al campo para acampar, abandonando las comodidades solidas de su hogar solamente pro diversión, para aprender algo nuevo, para liberarse del estrés y despertar su creatividad. Así también recurrir a la improvisación aún en situaciones donde no sea necesario puede ayudarnos a no caer en rutinas asfixiantes, mostrarnos nuevas maneras de ver el mundo y proporcionarnos una fuente de disfrute. El Jazz por ejemplo no sería lo que es sin la improvisación.
Sin embargo, pensando en términos de sociedades y de los problemas tanto internos como globales, como los de un sistema educativo, político, tecnológico o de cualquier tipo de alta calidad, es importante construir sobre bases solidas, con planes bien definidos y ajustandose a reglas previamente establecidas. Muchos de los principales problemas que enfrentamos en México se generan y prolongan por maestros improvisados, políticos improvisados, hospitales improvisados, policías improvisados y un largo etcétera de personas que desempeñan sus funciones no a partir de un programa de trabajo sólido, con una preparación completa y un compromiso por cumplier con las reglas y tiempos establecidos, sino con programas de trabajo para salir del problema en el momento, con preparacion profesional que a veces no tiene nada que ver con las funcones que se desempeñan y sin un verdadero deseo de cumplir con los compromisos establecidos a largo plazo.
Es importante que trabajemos en desarrollar una cultura de planeación adecuada, de capacitación constante y cumplimiento de programas a largo plazo. Practicar la improvisación como ejercicio complementario más que como norma.
Esto puede resultar muy dificil o pesado. Levantar una fortaleza sólida siempre requiere mas esfuerzo que levantar una tienda de campaña, pero los beneficios para quienes habitan en la primera suelen ser mayores también.
Para convertirnos en una nación fuerte y competitiva debemos guardar las mexicanadas en un cajón y comenzar a prepararnos de manera constante para realizar cada vez mejor nuestras labores, establecer planes de trabajo, reglas y sobre todo fechas y puntos entre cada etapa donde podamos evaluar si se está cumpliendo con lo establecido. En el caso de los niños y jovenes buscar que la educación que reciban sea completa y no solo vayan a la escuela por "el papel", o certificado de estudios. Revisar que estén aprendiendo, cumpliendo con las tareas, desarrollando hábitos positivos. En el trabajo, buscar que lo que uno hace sea de calidad, manteniendose al día en el conocimiento que pueda haber en el área, sea esta construcción, medicina, cocina, cocina o negocios. A la hora de establecer un proyecto establecer plazos y esforzarse por cumplir. En sociedad, dejar de ser ciudadanos improvisados y ejercer un voto informado, y más allá, estar atentos de que quienes ocupen un puesto público el que sea sea una persona con la capacidad para desarrollarlo, alguien que trabaje sobre la base de un plan bien trabajado y no solamente cumpla para librar el trienio o sexenio. Ayudar no de manera improvisada dando cinco pesos a un niño o chavo en la calle sino aportando a una institución establecida con infraestructura adecuada para ayudar a resolver los problemas de salud, educación y asistencia a largo plazo.
Leer mucho, practicar mucho, planear con cuidado y trabajar duro segun el plan. Y si en algún momento encontramos algo que se salga del plan, una situacion para la que lo aprendido no sea util, siempre podremos abrir el cajón y sacar alguna mexicanada.
domingo, 17 de abril de 2011
La improvisación
Etiquetas:
Ideas para pensar,
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Excelente publicación, ojalá todos pudieramos comprender y aplicarlo a nuestra vida diaria.
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